Ray – Ban produce una buena parte de sus gafas en China. Hasta ahí, nada que pueda sorprender a nadie. Lo que si resulta muy interesante es la capacidad de esta compañía de adaptarse a un mercado de dimensiones gigantescas y con muy interesantes perspectivas de crecimiento: las gafas producidas para el mercado chino están hechas a su medida, físicamente. Están hechas para adaptarse mejor a las características faciales del mercado asiático. Sencillamente genial, simple y efectivo. Cuando estudié en EEUU siempre me decían que las mejores estrategias eran KISS (Keep It Simple Stupid): hazlo sencillo y simple y seguramente funcionará. Le deseo mucho éxito a una gran marca que sabe adaptarse con tanta sencillez y capacidad a un mercado que es ya el presente.
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