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jueves, 14 de julio de 2011

¡Tenemos hambre!



Si a alguien le quedaba alguna duda, en los últimos días se ha hecho más que evidente la capacidad de China de alterar los precios de los alimentos a nivel mundial. La semana pasada China compró a EEUU 540.000 toneladas de maíz, lo que catapultó el precio de esta materia prima, alterando el mercado de una manera evidente, sufriéndolo, los consumidores del mundo entero, así como los inversores del Chicago Mercantile Exchange. Ha llegado un punto en el que la planificación de compras del país asiático tiene un efecto en el precio de los alimentos de tanta importancia como las circunstancias climatológicas, ya que pueden cambiar a la misma velocidad que estas o incluso más. ¿Durante cuánto tiempo durará esta situación? Habrá que esperar muchos años para que la política del “hijo único” tenga un efecto real y se produzca una posible reducción de la población en China. Otra pregunta es ¿hay alguna materia prima que pueda quedar a salvo de esta presión en los precios? Una economía que crece al ritmo que lo hace China necesita de todo, por lo que, las únicas materias primas que se verán afectadas en menor manera serán las que se produzcan en grandes cantidades en la propia China. Pero ¿es posible producir semejante cantidad de lo que sea para cubrir las necesidades de 1.500 millones de personas?

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