Si hay algo a lo que Starbucks no juega es a precio, eso es algo que cualquiera que haya ido a sus establecimientos tiene claro desde el primer día. Que su actividad está vinculada de una manera directa con el consumo, es más que evidente. La combinación de ambas cosas, haría de España un lugar no muy apropiado para Starbucks en estos momentos… Pues bien, en 2011, Starbucks ha conseguido sus mejores cifras desde que desembarcara en España hace diez años, con una facturación de 55 millones de euros (eso son muchos cafés y muffins… Pero muchos).
Según la compañía, su plan es seguir apostando por España, y es que, cuando a pesar de una situación adversa los números salen, da gusto. De hecho, según la propia empresa la expansión a Portugal es un proyecto planteable. Lo cierto es que algo diferente tienen que estar haciendo estos señores, y desde luego diferenciación no les falta, 10 años han pasado desde que entraron en España y aún no hay ninguna enseña que les haga la competencia directa, al menos en mi opinión, excepto el bar – cafetería de toda la vida que, por supuesto, seguirá teniendo siempre su público.
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