El consumo de gasolina cayó en
julio un 8,5% respecto a julio de 2011 y el consumo de diesel cayó un 6,79%
entre julio 2011 y julio 2012, ¿a quién le sorprenden estos datos? Mucho me
temo que, quizá de forma paulatina, veamos cómo el consumo sigue cayendo,
básicamente por dos factores:
1º.- Nada hace pensar que los
precios vayan a bajar. Si bien es cierto que la economía mundial crezca por
debajo de los últimos años y esto pueda empujar los precios de la energía hacia
abajo (aunque habrá que esperar a verlo para creerlo del todo), lo que seguro
que no van a bajar son los impuestos.
2º.- Lo que seguro que va a
disminuir es la renta de las familias y la facturación de las empresas, por lo
que, no hay ningún incentivo al consumo de combustible.
Por ello, lo más normal es que
los próximos meses se sigan observando caídas en el consumo de carburantes, lo
que, desgraciadamente, no creo que traiga caídas en los precios, ya que se
trata de un sector altamente intervenido en el que todos los gobiernos de todos
los países y, en concreto, sus ministerios fiscales tienen una importante
entrada de ingresos. De producirse esta supuesta caída en los precios (y me
refiero a algo tangible, es decir, más allá del 3% de reducción), se dará por
estrechamiento de margen en los productores y en los distribuidores,
tradicionales paganinis junto con, por supuesto y en primer lugar, los
consumidores, es decir, los contribuyentes.
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