Mercadona, Inditex, Ikea… Muchos
son los grandes distribuidores que juran que no harán pagar al cliente final, es
decir, al contribuyente, la subida del IVA. Lidl acaba de unirse en esta épica
batalla por ver quién es el más barato y el que más se preocupa por sus
clientes. Mucho me temo que no les queda más remedio, y es que, como ya hemos
comentado en anteriores ocasiones en este blog, uno no gasta lo que tiene, sino que gasta lo que espera tener en un futuro cercano. Lo que el español espera
tener en el corto y medio plazo son dificultades, altas, medias o moderadas,
pero me temo que no son muchos los que esperan que sus ingresos aumenten.
Ante
esta perspectiva, el mensaje “no te preocupes, no subiremos los precios” es un
consuelo que ayuda a al menos no perder clientes, en un mercado en el que los
crecimientos vienen por quitar cuota a los competidores. Algo me dice que Lidl
no será el último en sumarse a esta política de no subida de precios.
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