El coste de las materias primas
ha supuesto un descenso de más del 59% en los beneficios de Campofrío entre
enero y septiembre de este año, comparado con el mismo periodo de 2011.
Honestamente, quizá sus ventas hayan disminuido también pero, lo que es seguro,
es que las materias primas y la energía está sufriendo en los últimos años un
crecimiento desorbitado que supone para muchos fabricantes un descenso
sustancial de sus márgenes.
De hecho, un análisis de la tendencia de la
inflación, no sólo en España sino en otros países de la Unión también muy
castigados, muestra que los precios siguen subiendo. ¿Tiene sentido? En
principio no; pensemos en España: con un paro del 25%, el consumo por los
suelos y unas perspectivas para los próximos dos años no muy halagüeñas, lo
más lógico es que los precios de los bienes de consumo se hubieran desplomado
después de cinco años de interminable crisis… Pues bien, la inflación sigue
subiendo, en principio nada alarmante pero sigue subiendo. ¿Por qué? Porque en
el mundo, no sólo hay españoles, europeos y norteamericanos. Los países
emergentes son auténticos gigantes en lo que se refiere a población y tienen
unas necesidades (demanda) de alimentos, materias primas y de energía
(combustible entre otros) de tal magnitud, que tiran de la demanda con una
fuerza enorme y hacen que los precios en general suban, al subir los precios de
materias primas, energía y transporte, básicos en la manufactura o producción
de cualquier bien.
Es decir que, en el caso de
Campofrío que necesita, entre otras materias primas, cereales para la
producción de sus embutidos, el importantísimo crecimiento del precio de éstas
le está machacando, ya que vende en un mercado, España, deprimidísimo, en el
cual, el driver de compra principal es el precio, es decir, no puede repercutir
todo este sobrecoste en el consumidor, ya que éste no está para muchas alegrías
y sus ventas se resentirían, lo que le impediría llevar a cabo las economías de
escala que necesita, sobre todo en materias primas, para sacar algo de margen a
un producto, alimentación, que de por sí lo tiene muy bajo, entre el 2% y el
4%. Todo esto se resume en una máxima para esta crisis: “sobrevive y vencerás”.
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