Es algo curioso, pero la
todopoderosa Sony se está dando un buen batacazo, y eso que goza de una imagen
de marca que ya les gustaría a muchos. La pregunta es, ¿Qué está pasando exactamente? Las
cifras son demoledoras, Sony prevé cerrar el año fiscal (en marzo) con unas
pérdidas de 800 millones de euros.
El problema parece venir por dos
de sus líneas estandarte, ordenadores, y televisores. Lo sabemos, tanto los Vaio
como los televisores de Sony son de los mejores del mercado, sin embargo,
parece que se ha producido un fuerte cambio en las tendencias de consumo:
Ordenadores: se ha quedado en tierra de nadie, ya que el que quiere calidad está comprando Apple (quien lo diría hace 15 años), y el que no está dispuesto a pagar ese precio, busca buenas prestaciones a un precio más cómodo, donde están los chinos de Lenovo rugiendo y haciendo su particular agosto.
Televisores: los consumidores ya
no parecen estar dispuestos a realizar enormes dispendios en este tipo de
producto, ya que las opciones de "ocio electrónico" son mucho mayores y hay que repartir el
presupuesto.
¿Qué hacer? Sony ha decidido
reestructurar su división de televisores, que suena a recortes de los duros, y
soltar lastre con los ordenadores, según la propia empresa, están buscando
comprador. Como usuario de Vaio, lo siento mucho porque me parece un
productazo, pero entiendo la frustación de tener un productazo y perder dinero, no
parece que tenga mucho sentido. Seguiremos atentos a este gigante del imperio
del sol naciente.
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